El autocuidado bien podría considerarse un método de supervivencia. O eso creo yo.
Todas las acciones que tomes para sentirme mejor (en cualquier aspecto de tu vida) son parte de una práctica de autocuidado. Decir que no, dormir bien, comer a tus horas, tratarte como tratarías a otras personas que quieres, dedicarte tiempo de calidad. ¿Estás de acuerdo que muchas de las cosas que te hacen sentir bien sólo las puedes obtener si vienen de ti?
¿Qué es el autocuidado?
Todos somos responsables de nuestro bienestar, de poner atención a aquello que nos hace bien y, más aún, a aquello que no nos suma en la vida.
El autocuidado no sólo se limita a acciones, también incluye espacios físicos propios o compartidos. Por ejemplo, tener una recámara ordenada, mantener tus cosas en su lugar y acciones de ese van más allá de ser un acto disciplinario, son acciones elegidas como compromiso de bienestar, más que como una obligación.
Reconocer que el autocuidado incluye todo aquello que nos impacta: personas, espacios, objetos. Elegir con quien quieres platicar, qué quieres comer, cuándo decir que sí, cuándo decir que no. Asistir a terapia, hacer ejercicio, trabajar tu espiritualidad.
Como ves, hay muchas formas en las que puedes adoptarlo.
¿Por qué es importante el autocuidado?
Tener prácticas de manera rutinaria pueden ayudarte a bajarle al estrés, la ansiedad y depresión. Aumenta tu felicidad y energía física, por lo tanto, reduce el agotamiento. Mejora tu resiliencia. Y claro, te permite tener relaciones interpersonales más fuertes, saludables, empáticas.
Tipos de autocuidado y cómo practicarlo
Considerando lo siguiente, entenderás que hay categorías para cada área de tu vida, aquí te voy a contar como puedes llevarlo a cabo en cada una de ellas:
Emocional
Lidiar con las emociones no siempre es sencillo o se sabe cómo, sobre todo con aquellas que nos incomodan como la ira, ansiedad, tristeza y frustración. El autocuidado emocional se refiere no precisamente a tomar terapia, también incluye esas actividades que te permiten reconocer, expresar y regular tus sentimientos.
Hablar con tu mamá, chatear con tu amiga, salir a platicar con tu pareja, el mismo ejercicio o alguna actividad artística como pintar o escribir. Muchos recomiendan incluir alguna de estas (o varias) como un hábito, pues de esta manera estarás minimizando la posibilidad de llegar a un extremo emocional dañino. Es como comer siempre bien y no esperar a sentirte mal del estómago para entonces sí comer verduras. ¿Me explico?
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Espiritual
No importa el camino espiritual que elijas, lo importante es incluirlo. Nutrir el espíritu no se refiere a incluir la religión, esa es una opción, pero hay muchas.
Encontrar aquello que te permita conectar contigo, con tu cuerpo, con tus deseos, con el resto de personas y el mundo en el que vivimos.
Hay quienes se enfocan en la meditación, otros trabajan por medio de otras herramientas, la consciencia, viajar o rodearse de la naturaleza también es otro método.
Aunque no lo creas, el autocuidado espiritual tu ayuda a mejorar el área física, mental y hasta social.
Físico
Seguro te ha pasado que si no duermes bien, no te sientes físicamente al 100. Si saliste de noche y bebiste de más, no puedes siquiera comer… Cuidar tu cuerpo repercutirá totalmente en tu mente y en tu capacidad física.
Hacer ejercicio, comer bien, descansar lo suficiente, asistir al médico y no automedicarte; son maneras de autocuidarte. Suenan superbásicas, pero ¿hace cuánto te hiciste un chequeo completo?, ¿ya bebiste la suficiente agua hoy?
Intelectual
¿Te ha pasado que de pronto comienzas a leer un libro y te sientes más relajada?, ¿o decides escribir un cuento y todo parece estar mejor? Este tipo de actividades artísticas forma parte del autocuidado intelectual, pues te permiten ejercitar tu mente, estimular el pensamiento y la creatividad.
Arma un rompecabezas, dibuja, toca un instrumento musical; no tienes que ser la mejor haciéndolo, no tienes que volverte experta, estas pequeñas distracciones que te permiten desconectarte del resto de las actividades de tu día generan grandes cambios en tu bienestar.
Social
Comprarse la idea de que es mejor estar sola es una muy mala idea. Somos series sociales, buscamos la convivencia, crear lazos y relaciones. Ver a las amigas siempre es una recarga de energía, ¿o, no?
Convivir con personas que nos aporten a nuestras vidas siempre sumará a nuestra salud emocional, como restarán aquellas que únicamente nos quiten energía. Por eso es importante elegir bien con quien pasar tiempo, ya sea familia o amigos.
Nadie nos dice que hay un límite mínimo de convivencia con nuestros seres queridos, pero sí es sano dedicarse un espacio cada cierto tiempo para satisfacer esta necesidad social. ¡Nada de que no tienes tiempo!
Como verás, el autocuidado no es más que una serie de actividades que puedes integrar en tu día a día como un hábito más. Te vas a dar cuenta como te sientes mejor en todos los aspectos, al grado de que ya no habrá necesidad de recordar que debes hacerlo, todo se volverá automático y hasta necesario.
¡Cuéntame cómo te va!
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