El síndrome de la impostora es un fenómeno psicológico que afecta a las mujeres.
Este patrón de pensamiento y comportamiento se caracteriza por la persistente sensación de ser un fraude a pesar de los logros alcanzados. Es común que algunas de nosotras enfrentemos emociones adicionales debido a la constante lucha para minimizar el síndrome de la impostora, relacionados con factores sociales y culturales.
«El síndrome de la impostora se alimenta de nuestro miedo a ser expuestos como incompetentes. A menudo afecta a las personas exitosas que internalizan su éxito como suerte o engaño.»
Valerie Young, «The Secret Thoughts of Successful Women
¿Por qué a nosotras?
El síndrome del impostor no ataca exclusivamente a las mujeres, pero sí es un hecho que afecta en mayor proporción al sexo femenino. Aunque no hay una explicación que sea ley, sí se han encontrado diversos factores socioculturales, psicológicos y contextuales que pueden influir en la experiencia del síndrome del impostor en las mujeres. Por ejemplo:
- En muchas partes del mundo, las mujeres hemos sido históricamente desvalorizadas y se nos ha enseñado a ser modestas. Esto puede provocar que muchas subestimemos logros y/o atribuyamos el éxito a factores externos, como la suerte.
- El sesgo de género aún se vive en muchos entornos, lo que puede provocar a que las mujeres enfrentemos más dudas y cuestionamientos sobre nuestras capacidades en comparación con los hombres.
- Las mujeres hemos enfrentado una mayor presión para cumplir con estándares muy altos en varias áreas de la vida (en el intento de ganarnos espacios que no tenemos), lo que puede alimentar el perfeccionismo y la autocrítica que son características del síndrome de la impostora.
- Los roles tradicionales de género pueden influir en cómo las mujeres nos vemos a nosotras mismas y cómo nos sentimos al enfrentar situaciones de éxito.
- La falta de modelos a seguir y líderes mujeres puede hacer que nos sintamos como intrusas o no merecedoras en entornos donde somos minoría.
¿Cómo se siente el síndrome de la impostora?
Échale un ojo a estas características, quizá si has tenido dudas sobre si lo padeces o no, esto te podría servir:
El síndrome del impostor se manifiesta a través de una serie de emociones y pensamientos que generan una sensación constante de inseguridad y duda sobre las propias capacidades. Algunos de los sentimientos y síntomas asociados con el síndrome de la impostora son:
- Sientes inseguridad acerca de tus habilidades y logros, creyendo que no son lo suficientemente competentes.
- Eres crítica contigo y te enfocas mayormente en los errores y fracasos en lugar de en los éxitos. Piensas que un error evidencian tu incapacidad.
- Quieres lograr la perfección en todo, pero nunca te sientes satisfecha con los resultados.
- Sientes que en cualquier momento van a descubrir que no eres tan competente.
- Generalmente atribuyes tus éxitos a la suerte o a algo más menos a tu trabajo.
- Te sientes inferior en comparación a otras personas similares a ti.
- No sabes recibir halagos o reconocimiento. Y si te dicen alguno, tratas de desviar la atención o crees que te están mintiendo.
- La presión constante de mantener la fachada de competencia te generan niveles altos de ansiedad y estrés.
Estas sensaciones y pensamientos pueden ser agotadores y limitantes tanto en la vida personal como en la profesional. Si uno o más te hicieron «ruido», checa los siguientes ejercicios para minimizaros.
¿Qué hacer si sufro del síndrome de la impostora?
Antes que cualquier cosa, estas acciones te ayudan a minimizar el pensamiento negativo que te genera sobre ti misma el síndrome de la impostara, para nada son una solución. Recuerda que son herramientas que funcionan si las llevas en conjunto y, sobre todo, las vuelves un hábito.
Diario de logros
Acostúmbrate a anotar tus éxitos y reconocimientos diarios, por muy pequeño que lo consideres, esto te ayudará a reconocer tus habilidades.
No al perfeccionismo
Recuerda que no es necesario ser perfecto (y nadie lo es), los errores son parte del aprendizaje.
Aautocompasión
Trátate con amabilidad y empatía en lugar de ser autocrítica constantemente. Imagina que le estás hablando a tu BFF.
Cuestiona tus pensamientos negativos
Analiza tus pensamientos autocríticos con evidencia objetiva, muchas veces perdemos la vista de lo importante y nos enfocamos en algo que simplemente llegó para darnos una lección y ayudarnos a crecer.
Establece metas realistas
Fijar objetivos alcanzables y celebra cada paso hacia adelante. Nada es poco, todo suma en el camino a tu meta.
Acepta los halagos
Si recibes un halago nunca respondas con un «no fue para tanto», «fulanita me ayudó», «no fue tan bueno». Si no sabes qué hacer, simplemente agradece pero nunca lo rechaces.
Pensamientos positivos
Imagina escenarios exitosos y cómo te sentirías alcanzando tus metas.
Busca ayuda
Por supuesto, si todo este tema sientes que te supera y, que sigas tantos consejos como sean posibles, no te ayudan, no dudes en buscar apoyo profesional.
Enfrentar el síndrome de la impostora puede llevarte tiempo y necesitar de mucho esfuerzo, pero no desistas. Somos muchas mujeres pasando por esto y entre todas podemos superarlo para, poco a poco, ayudar a otras.
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