¿Nunca me voy a salir de casa de mis papás?

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Hace unas semanas les compartí por medio de Instagram stories la historia de un edificio que me gusta mucho por la zona Centro de la CDMX, y del cual estuve siguiendo su remodelación para, más o menos saber, cuando era probable que los pusieran en renta.

Así fue como encontré que uno de ellos, de 31m² cuadrados, se rentaba por $15,200 pesos, ¡una locura!

Muchas de ustedes me escribieron diciendo «Nunca me voy a salir de casa de mis papás» al ver el precio tan elevado. Hoy quiero hablarles francamente de eso. Sí, la vida independiente es cara, sí es un privilegio y sí, lograrlo puede no ser sencillo. Pero, sobre todo, quiero contarles cómo es que, por muy difícil que parece, es posible independizarse y dejar la casa de tus papás. Te dejo aquí algunos datos, recomendaciones y más, que van a servirte mucho.

¡Quiero independizarme!

Entiendo perfectamente lo que sientes. Ver esos números tan grandes por un espacio tan pequeño, te hace preguntarte: «¿Realmente vale la pena salirme de casa de mis papás?». Y es que, seamos honestas, a todas nos ha pasado por la cabeza esa sensación de estar atascadas, de pensar que la independencia es más un sueño lejano que una realidad posible. Pero, aquí entre nos, te juro que sí se puede. No es sencillo, claro que no, pero tampoco es imposible.

Primero, respiremos hondo. El precio asusta, sí, pero no es el único camino hacia la independencia.

Vayamos paso a paso para ir aclarando el camino:

Hablemos de presupuesto

Sé realista con lo que puedes gastar. No es solo la renta; considera tus gastos diarios, ahorros, y por supuesto, esos pequeños placeres que nos hacen la vida más divertida. La clave está en encontrar el equilibrio.

Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el costo de vida varía enormemente dependiendo de la ciudad, pero en promedio, un adulto joven debería aspirar a destinar no más del 30% de sus ingresos a la renta para mantener una salud financiera óptima.

Acá puedes leer más sobre presupuestos para mujeres independientes.

¿Qué hacer entonces?

  • Investiga y compara: No te quedes con la primera opción que veas. Usa plataformas en línea para comparar precios en diferentes zonas. A veces, moverte un poco más lejos del centro o de las áreas de moda puede significar un ahorro considerable.

Aquí unas recomendaciones sobre cómo y dónde buscar.

  • Considera la movilidad: Si optas por vivir en una zona más económica, considera los costos y opciones de transporte público o la factibilidad de compartir coche para llegar a tu trabajo. A veces, lo que ahorras en renta puede compensar los gastos en transporte.
  • Negociación: Con estos datos en mano, estás en una mejor posición para negociar tu renta. Si conoces los precios promedio de la zona, puedes argumentar tu oferta con base en datos reales. No temas preguntar si es posible ajustar el precio, especialmente si te comprometes a un contrato de mayor duración.
  • Rommies: Esta opción es aún más importante cuando consideramos los altos costos en ciertas zonas. Compartir departamento no solo te permite acceder a áreas más céntricas o cotizadas, sino también dividir gastos de servicios, lo cual puede hacer una gran diferencia a fin de mes.
  • Prioriza tus necesidades: Finalmente, analiza lo que es verdaderamente fundamental para ti. ¿Ubicación? ¿Tamaño? ¿Comodidades? Piensa en lo que es necesitas y lo que puedes dejar pasar. Podrías encontrar opciones más accesibles si estás dispuesta a ser flexible. Eso sí, siempre y cuando no signifique ponerte en riesgo.
  • Aprovecha los recursos a tu alcance. Existen numerosas aplicaciones y sitios web dedicados a encontrar viviendas compartidas, departamentos económicos, y hasta opciones de rentar muebles si no puedes comprar por ahora. El punto es no cerrarte a una sola opción. ¡Hay muchísimas!

Recuerda la regla 50-30-20

Ya anteriormente les había contado de esta regla, es la más básica pero la más necesaria. Si aprendes a llevarla al pie de la letra, te prometo que tendrás claridad de tus posibilidades y, por lo tanto, podrás comenzar a considerar la posibilidad de irte a vivir sola

En resumen, se trata de dividir tus ingresos mensuales en 50%, 30% y 20%. El primero va ir a todo aquello es necesario para vivir; o sea, comida, renta, transporte, etc. El 30% es para gastos del día a día, salidas con las amigas a restaurantes y demás actividades de ocio. El 20% va a ahorro y/o inversiones.

Pero acá pueden leer a detalle: Regla 50-30-20

Depa de soltera. Independizarse, finanzas

Comienza a independizarte… aún viviendo con tus papás

Vivir en casa de tus padres es la oportunidad perfecta para prepararte para ese «gran momento» de independencia. Aquí te dejo algunos consejos para aprovechar al máximo este tiempo, asegurándote de que cuando decidas dar el paso, estés más que lista:

  • Contribuye en casa: Te dará una idea de los costos de la vida independiente.
  • Liquida tus deudas: Idealmente, inicia tu vida independiente sin cargas financieras.
  • Organiza tus finanzas: Comienza a ahorrar el 30% que destinarías a tu renta, esto te servirá como ejercicio y podrás saber si te es posible o necesitas ajustar.
  • Ahorra: Cada peso cuenta para tu futuro independiente.
  • Planifica tu salida: Define cuándo y cómo te gustaría vivir por tu cuenta.
  • Adquiere muebles gradualmente: Comienza a comprar muebles, electrodomésticos, etc. Si no tienes donde guardarlos, ve ahorrando para ello.
  • Comparte tus planes: El apoyo familiar es crucial en este proceso.
  • Investiga el mercado inmobiliario: Conoce tus opciones de vivienda y presupuesto necesario.
  • Haz una limpieza: Saca todo aquello que ya no necesitas y, si están en buen estado, organiza una venta de garage para reunir dinero.

Aprovecha el apoyo y la comodidad del hogar familiar para establecer una base sólida para tu independencia. Este tiempo es invaluable para aprender, ahorrar y planificar tu futuro.

No te frustres

Lidiar con la frustración de no alcanzar nuestras metas según lo planeado es algo que todos enfrentamos en algún momento. Pero, como en todo, hay estrategias que podemos adoptar para manejar estos sentimientos y seguir adelante.

  1. Acepta tus emociones: Reconocer que estás frustrada es el primer paso para superarlo. No lo veas como un fracaso, sino como una parte natural del proceso de crecimiento. Es normal sentirse así; lo importante es no quedarse estancado en ese sentimiento.
  2. Reevalúa tus expectativas: A veces, nos ponemos metas poco realistas sin considerar los imprevistos. Tómate un momento para ajustar tus expectativas y establecer objetivos más alcanzables. Esto no significa rendirse, sino adaptarse de manera inteligente a las circunstancias.
  3. Busca el aprendizaje: Cada contratiempo tiene una lección escondida. Pregunta qué puedes aprender de esta experiencia. Tal vez necesitas desarrollar nuevas habilidades, ajustar tu plan o simplemente aprender a ser más paciente.
  4. Divide tus metas en pasos más pequeños: Si tu objetivo parece inalcanzable, divídelo en tareas más pequeñas y manejables. Celebrar pequeños logros te dará la sensación de progreso y te motivará a seguir adelante.
  5. Practica la resiliencia: Desarrollar una mentalidad resiliente te ayudará a recuperarte más rápido de los contratiempos. Encuentra formas de fortalecer tu resiliencia, como mantener una actitud positiva, cuidar de tu salud mental y física, y rodearte de personas que te apoyen.
  6. Permítete ser flexible: Los planes son importantes, pero la rigidez puede ser tu peor enemiga. Aprende a ser flexible y a adaptarte a los cambios. Recuerda que muchas veces, eso que parece fracaso, en realidad nos puede llevar a lugares mejores de lo planeado.

La frustración es solo una señal de que te importa profundamente alcanzar tus metas. Pero ten paciencia, las cosas van a suceder. Y recuerda, este es tu viaje, todas podemos cumplir el sueño, incluso en un mundo que a veces parece diseñado para todo lo contrario. ¿Estás de acuerdo?

Foto de Andrea Piacquadio

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