Sí, nos molesta más el ruido porque nos acostumbramos a tener silencio en el depa; no nos gusta que alguien llegue y de la nada suba sus pies con zapatos al sillón. E incluso, no queremos ir de fiesta porque «hay demasiada gente». Esto de ser intolerantes con situaciones que antes no nos molestaban, tienen una buena explicación…
Definitivamente sí, siempre he tenido cierto porcentaje de «neuras y jetona» (dicho por muchos en mi familia), no sé de alguien que no me describa como enojona o que al verme crea que estoy de malas. Ahora súmenle que me salí de casa de mis papás y las cosas se pusieron un poquito difrentes, jeje…
Quienes me conocen saben que soy muy sociable, súper amable y me gusta convivir… peeeeeero, puedo ser todo lo contrario si el ambiente así me «invita» a serlo.
Cuando me mudé recuerdo perfecto que compré mi sofá y no quería invitar a más de 10 personas a la vez porque temía que fueran a hacer un desmadre en mi depa y, la neta, es que hacerme de mis cosas no fue fácil, viví endeudada un buen tiempo.
Así que se me hizo buena idea pedirles a todos que se quitaran los zapatos cuando entraran y que no tomaran ni comieran nada mientras estuvieran en mi sillón. ¡Qué pesada! I know.
Lo que siguió es que cada vez me alejaba un poco más de la gente y no porque no quisiera verlos, simplemente disfrutaba tanto de mi espacio y soledad, que me costaba escuchar tanto ruido, no pasaban dos horas cuando ya me quería arrancar los pelos.
No sé si a todas ustedes les pasó, pero sé que no soy la única.
Y aunque no lo crean, esto no es más que la señal de que has aprendido a estar completamente sola.
Ya sé, de entrada suena horrible y pareciera que ahora odias la compañía; pero no es así, es más ¡hasta la disfrutas mejor! Simplemente son cambios. Por ejemplo, quizá anteriormente no soportabas estar sola, no podías comer sola y ni pensar en ir a un restaurante y pedir mesa para uno, ¡jamás! Ahora es diferente.
Justo lo que descubrí es que me siento muy tranquila con el hecho de tener que pasar horas sin hablar con nadie, salir a comer sin compañía o ir a equis lugar en el Gusano gris (mi coche) siguiendo las indicaciones que me da Waze.
Por supuesto que ahora todo eso que te puede romper tu placentera rutina se vuelve «un intruso», es normal que cuando visitas a tu familia quieras salir corriendo después de cierto tiempo porque lo único que piensas es en llegar y acurrucarte en tu sillón mientras lees o ves la tele.
Y, obvio, es mega normal que te acostumbres a hacer las cosas sola y que cada vez necesites o busques menos la ayuda de los que te rodean. Porque, súmale, que ya lo haces ‘a tu modo’, es posible que laves la ropa diferente a como lo hacía tu mamá, compres otro tipo de comida a la que consumías a antes. Si alguien se queda en tu depa y amablemente te ayuda a tender la cama, puedes experimentar la sensación «así no va», aunque no tenga nada de malo el como haya quedado. ¿Te suena?
Es súper normal que prefieras quedarte a ver películas, limpiar o a simplemente no hacer nada en lugar de ir de antro cada ocho días.
Porque, de alguna buena manera y después de un gran esfuerzo, alcanzaste la tranquilidad y la felicidad que te da tu independencia.
Hay quienes no lo entiende y no los juzgo, llegar a este nivel de «evolución» no está sencillo. A unos les lleva más tiempo que a otros.
Eso sí, no vayas a caer en el exceso y quieras alejarte de todos por siempre y para siempre. Eso no es bueno, no es real, no es algo que alguien realmente desearía.
Equilibrio, chicas, todo es equilibrio.
Hola Faby¡
No eres la única, mi experiencia es similar, pero efectivamente, tenemos que equilibrar todo. Un gusto leerte y como siempre excelente nota¡ Un abrazo. Buen fin¡
Me pasa…