¿Y si me arrepentí de vivir sola?

Pues, hasta cierto punto y en cierto nivel, es normal…

 

Yo pasé por lo mismo como al mes de haberme ido, al principio me sentí como de vacaciones, de esas que llegas a un hotel y tienes todo eso para ti, así que lo disfrutas y haces lo que quieras en ese espacio… pero llegó un día en el que dije: ¿Qué chingados hice?

 

Aunque me sentí súper triste y extrañaba un montón el estar acompañada, hablar con alguien o cenar con mi familia; también me di cuenta que más allá de extrañarlos lo que sentía era miedo. Un 1% de mis amigas vivían solas, así que no había quien me pudiera dar tantos consejos o no me parecía algo «normal» estar viviendo por mi cuenta.

 

Veía a otras de la misma edad viviendo con sus papás y todo cool y a otras tantas viviendo ya en pareja. Me preguntaba si yo estaba haciendo algo que nunca debí.

 

Pero… ¡¿Qué hago?!

Traer esa duda en la cabeza va a generar cada vez más miedo y, entonces, te vas a bloquear por completo y lo primero que vas a querer hacer es empacar y regresarte a la de ya. Pero no, no lo hagas.

Para pasar este momento «crítico», debes hacer lo siguiente:

Toma un papel y un lápiz, anota el año o la fecha en que se te vino a la cabeza el pensamiento de vivir sola; después, escribe qué sentiste en ese momento, ¿emoción, felicidad?

Ahora escribe todo lo que tenías planeado hacer una vez que vivieras sola. Por ejemplo, para mí era importante porque iba a poder concentrarme en mi trabajo y así poder hacer muchas más cosas y, en resultado, ganar más dinero. No olvides poner qué emoción te causaba eso. A mí me motivaba mucho.

 

Después ve describiendo punto a punto tu proceso: desde el día que comenzaste a buscar depas, compraste tu primer mueble, empacaste, llegaste a vaciar tus cajas, etc. Cada paso que diste para que este plan se realizara, escríbelo. Recuerda escribir la sensación que eso te causaba, es muy importante.

 

Cuando hayas terminado, lee todo, revive los momentos, recuerda las emociones. Poco a poco, ese miedo que sientes o esa duda que te atormenta se irá disipando, ve poco a poco recordando los planes y metas que vivir sola te va a ayudar a lograr. Notarás que conforme recuerdas lo que te llevó a tomar esa decisión vuelve a ti en forma de emoción, de intriga por saber qué va a pasar, de ganas por vivirlo.

 

Ten a la mano eso que anotaste y úsalo cada que lo necesites.

 

Sentir miedo es normal, pero no permitas que el miedo trunque tus metas y deseos, empezar un camino nuevo no es fácil, pero mucho menos imposible.

 

Disfruta tu depa, disfruta tu compañía, vive tu soledad. Y espera al fin de semana para visitar a tus papás y darte cuenta que todo está bien así como lo estás haciendo.