El diseño de interiores es de esas especialidades que me frustran porque, aunque creo que tengo buen gusto, no logro hacer que todo quede perfecto. Para empezar, me gusta todo en blanco, pero luego me acuerdo que me encantaría que todo tuviera color, fuera vintage o minimalista. El punto es que quiero todo y nada al mismo tiempo.
Cuando llegué a mi depa, obviamente estaba pintado tooooodo de blanco, como recién lo habían remodelado, me tocó «estrenar». Las paredes son bonitas, unas están aplanadas y otras mantienen el acabado de ladrillo, la verdad se ve bastante bien, pero aunque me gustaba que todo fuera blanco, recordé que siempre quise combinar negro, blanco y rojo. Así que, así lo hice.
Para el próximo lugar al que me vaya, ya sé que lo quiero minimalista y aunque me gustaría continuar con esos tres colores, una parte de mí quiere aventarse a tener todo blanco o al menos todo neutro.Por eso me puse a buscar ideas y no están nada mal. Quizá algo así de padre podré lograr algún día…
Después de todo, el blanco no es mala idea.