«¿Qué hago con tanto dolor?»

Todas hemos estado en un momento tan desgarrador que nos llevó a preguntarnos «¿qué hago con este dolor?«, muchas veces es tan grande que creemos que nunca se va a terminar, que nunca se va a ir, que nunca encontraremos la felicidad de nuevo.

 

Seguro recuerdas a Carrie Bradshaw cuando en Sex and the City, la película, después de que Mr. Big no llega a la boda le pregunta a sus amigas «¿Volveré a reír de nuevo?«, «¿cuándo?«… el miedo terrible a no volver a sentirnos felices es tanto que entonces comienza el dolor del sufrimiento.

 

No voy a hablar de un dolor causado por algo en específico, quiero hablar sobre el dolor en general,y así, compartirles métodos para, poco a poco, ir desapareciendo eso que te pesa, que te quita el aire, que te presiona el pecho y no te deja dormir.

 

Antes de cualquier cosa, les voy a decir la frase que yo tanto odié escuchar durante mis días más tristes pero que, sin duda, es 100% real no fake: ese dolor que sientes, va a pasar.

 

Y ahora sí, vámonos con lo mejor bueno…

 

1. No minimices tu dolor. A veces creemos que esas frases fabricadas del tipo «podrías estar peor», «hay gente que está peor que tú», «échale ganas», son un remedio para cualquier dolor emocional y no, son las cosas más terribles que puedes decir o escuchar.

¿Por qué? Para empezar, el dolor es diferente en cada persona, por lo tanto, nadie va a saber exactamente cuánto te duele o qué es lo que sientes; además, el intentar sentirte mejor pensando en que otros están peor que tú, es el por consuelo, eso sólo te hace sentir -aparte de todo- culpable por estar triste.

Si estás sintiendo dolor, reconócelo y, sin importar si para otros es una exageración, para ti es importante, es importante porque está afectando tu estado de ánimo.

 

2. Acepta que estás sufriendo. No finjas ser fuerte cuando realmente no puedes, hacer esto es como sumergirte al agua por mucho tiempo creyendo que vas a aguantar la respiración todo el tiempo que lo pretendas; no, no es así. No es de personas débiles tener días malos y mucho menos comenzar un proceso de sanación que, en el camino, puede que te cause todavía más dolor, pero es parte del proceso.

«La aceptación es activa, me lleva a actuar y la resignación es pasiva, me mantiene en donde estoy, porque pienso que ya no hay nada que hacer.«

 

3. Analiza lo que estás sintiendo y por qué. La mayoría de las veces nos enfocamos en dos emociones: felicidad y tristeza. La primera nos gusta tanto que sabemos bien que nos pone felices, porque con el paso de los días hemos decidido poner atención a eso que nos gusta para tenerlo siempre; con la tristeza, pasa lo contrario, evadimos eso que nos causa dolor, tratamos de ignorarlo y darle la vuelta, es ahí cuándo evitamos analizar lo que nos está poniendo mal.

Date cuenta como esa tristeza es provocada por algo en específico, quizá te hicieron enojar, algo te está frustrando, alguien te trato mal, etc., cuando ponemos atención a eso que nos está causando dolor, es mucho más sencillo -más no necesariamente rápido- encontrar una solución. Si alguien te hizo un comentario negativo frente a otra persona y tú no pudiste defenderte, entonces puede ser que sientas frustración; si descubres que alguien en quien confiabas te mintió, entonces sientes decepción. Y así vas, desmenuzando poco a poco lo que te está poniendo mal hasta dar con el origen y entonces pensar en que hacer para sentirte mejor.

Hay un abanico de emociones, ve poco a poco conociendo esa que te está lastimando.

 

4. Dilo en voz alta. Aluna vez en un diplomado en la clase de creatividad, nos enseñaron que cuando tienes una idea lo mejor es decirla en voz alta, de esta manera se ordena y te ayuda a saber si el mensaje es coherente y comprensible -lo he hecho y funciona. Bueno, lo mismo sucede con el dolor, decir lo que sientes en voz alta no sólo te permite desahogarte, también ayuda a aclarar eso que tienes en la cabeza.

Cuando empiezas a hablar las palabras salen, es como un rompecabezas, es imposible armarlo con las piezas dentro de la caja, tienes que sacarlas y, entonces sí, darle forma. No tienes que decírselo a otras personas, puedes hacerlo sola si prefieres.

 

5. Escribe un diario. No te claves en escribir textos largos o bien redactados, basta poner frases cortas, palabras, dibujos o lo que sea que necesites en ese momento. Esta actividad es un tanto catártica, es poner en físico eso que sientes y entender mejor por lo que estás pasando.

Puedes releerte después, esto te ayuda a ver las cosas un poco desde afuera e ir observando en dónde necesitas enfocarte más.

 

6. No te lastimes de más. Comer mal -menos o más de lo normal- dormir poco, beber en exceso, fumar, etc., son castigos que muchas veces nos ponemos para tratar de sentirnos mejor, pero sabemos perfecto que eso no va a pasar, por el contrario, te causarás más dolor innecesario. Ser paciente y cariñoso contigo en lo momentos de mucho dolor es súper importante, apapáchate mucho, demuéstrate el amor que te tienes.

Imagina como tratarías a tu mejor amiga, a tu hermana o tu mamá en un momento así, no vas a ir a quitarle la comida o a darle de comer de más, no vas a hablarle mal y a no dejarla descansar, por supuesto que no; pues bueno, lo que harías para que otra persona pueda estar bien tienes que aplicarlo para ti.

 

7. Realiza una actividad física. Sal a correr, haz yoga, camina, salta la cuerda, ponte a hacer abdominales, ¡lo que se te ocurra y te guste! La actividad física atrae la sensación de bienestar, inténtalo.

 

8. Pide ayuda. En el momento que la necesites, hazlo. Un dolor emocional es tan importante como cualquier otro dolor físico, necesita atenderse para no hacerse más grave. Acércate a un experto, busca la ayuda profesional, encuentra el método que a ti te haga mejor y llévalo a cabo, nunca a nadie le estorba la ayuda, la diferencia es que no todos saben cómo usarla.

 

 

Espero esto les sea de mucha ayuda, que puedan aplicar algunas o todas estas recomendaciones y que cuando sientan dolor puedan responder mejor a ello. compartan esta entrada, seguro ustedes conocen personas que necesitan leer también esto.