Estoy segura de que después de leer esto, tus días van a cambiar, ¡te lo juro!
Hace un tiempo, en este post, les contaba del miedo que hace muchos años me daba hacer cosas sola. Ir de shopping sola, ir a un restaurante y pedir una mesa para una (prefería no comer o lo hacía superrápido), ni hablar de ir a alguna fiesta sin acompañante. Pero no era porque yo no quisiera hacerlo, era porque me preocupaba qué iban a pensar de mí, sí, pensaba que tooooodos me observaban y muy seguramente me juzgaban.
Bueno, pues eso más o menos es el efecto del reflector. Algunos le llaman Síndrome del reflector, pero en realidad no hay cuadro patológico o características de enfermedad que lo validen. Pero sí podemos decir que está más relacionado con la inseguridad.
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¿Qué es el efecto reflector?
En esencia, este efecto se caracteriza por la tendencia de las personas a sobreestimar la atención que los demás prestan a sus acciones, apariencia o comportamiento. En otras palabras, se tiende a creer que todos están observándonos, creando conversaciones al rededor de nosotros, criticando o juzgando lo que sea que hacemos.
Cómo se siente el efecto reflector
Aunque no hay un cuadro específico, si hay sentimientos o sensaciones que lo caracterizan y lo vuelven común. Por ejemplo:
- Hipersensibilidad a la crítica: Puedes llegar a pensar que cualquier comentario o juicio, incluso los más insignificantes, están relacionados contigo.
- Evitas eventos que te expongan: Prefieres estar rodeada de gente para «minimizar» las críticas o pasar desapercibida. Contrario a lo que pasaría, según tu pensamiento, si lo haces sola.
- Actúas según sea «lo correcto»: Evitas situaciones que otros opinarían que no es normal, prefieres apegarte a lo esperado por otros y no a tus propios deseos e, incluso, necesidades.
- Autoexamen constante: Te preocupas excesivamente por tu apariencia y comportamiento en público.
- Baja autoestima: La constante sobrevaloración de la atención ajena puede contribuir significativamente a una baja autoestima al sentir que no estás cumpliendo con las expectativas de los demás o que son insuficientes.
¡Quítate el reflector!
Aquí hay algo muy cierto y que, por fortuna, es una de las principales características: tú solita te pusiste ese reflector, depende de ti quitártelo.
- Objetividad: Seamos honestas, la mayoría de las personas están ocupadas con sus propias vidas y preocupaciones. La atención que prestan a los demás es limitada.
- Cuestiona tus Pensamientos: Si te sientes ansiosa por la atención de los demás, pregúntate si tus pensamientos están siendo realistas y tienen evidencia o son simplemente suposiciones.
- Disfruta: Cuando te concentras en lo que estás haciendo o experimentando en el presente, es menos probable que te preocupes por lo que otros puedan pensar.
- Trabaja en tu autoestima: Mejora la confianza en ti misma, independientemente de la aprobación o el juicio de los demás.
- Piensa en lo que podrías perder: Evitar vivir ciertas experiencias por el qué dirán solo te provocará arrepentimiento.
Uno de los ejercicios que a mí me funcionaron, es ponerme en el lugar de la otra persona. Me pregunto si realmente me importa por qué la persona de la mesa de la esquina come sola, porque el de la fila de en frente está en el cine solo o si el que llegó al bar sin compañía merecerá más mi atención que lo que estoy haciendo yo en ese momento. ¿Verdad que no? Entonces actúa como tal, nadie tiene el suficiente interés de conocer lo que haces.
Piénsalo, ¿de verdad?, ¿de verdad?, ¿de verdad estás segura de que la gente a tu alrededor te está observando?
Pero ojo, no digo que se te va a pasar de la noche a la mañana, pero entre más lo refuerces más rápido te darás cuenta de que de verdad perdiste mucho tiempo y varias oportunidades por preocuparte de algo que nunca fue real.
Vive pensando en ti
Eso sí, con la conciencia adecuada y la aplicación de estrategias efectivas, es posible superar este pensamiento y vivir una vida satisfactoria para ti. Concéntrate en tu crecimiento… y si alguien está entretenido viendo lo que tú haces, demuéstrale cuánto más puedes hacer.
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