Hablar de independencia no solo es referirse a salirte de casa de tu padres o no depender económica de ellos, también significa el no depender de cosas, lugares o personas, significa aprender a convivir contigo misma, a quererte, consentirte y valorarte.
[Tweet «Tu bienestar emocional, económico o de salud no debe depender de nadie más que no seas tú.»]
Durante mi trayecto viviendo sola, he aprendido a estar conmigo, a escucharme y disfrutar tanto la compañía de las personas, como a disfrutar el momento de estar a solas.
Disfrutar de un paseo en el parque con familiares, amigos o pareja, pero también a disfrutar de un paseo a solas conviviendo con mis pensamientos, replanteándome mis objetivos y superando mis miedos.
Sé que cada quien vive esta experiencia de una manera diferente, alguna personas no les gusta las soledad ni la paz o el silencio que trae y les cuesta trabajo adaptarse al cambio, les cuesta soltar todo aquello que les da cierta seguridad, quieren ser independientes pero seguir dependiendo emocionalmente o económicamente de todo aquello que no es uno mismo.
Otras personas (como es mi caso) disfrutamos tanto el poder tener un momento a solas, llenarnos de esa paz y ese silencio, pero también de la satisfacción que da el no depender de nada ni de nadie, el poder ver hasta dónde eres capaz de llegar o lo que eres capaz de hacer por ti misma.
El poder ser totalmente independiente es un paso que cuesta trabajo, el ir soltando poco a poco todas las ataduras o dependencias no se da de la noche a la mañana, es poco a poco, pero siempre disfrutando cada momento.
Y cuando por fin logras dar ese paso, te das cuenta que estar contigo es lo mejor que te puede pasar y que no importa si hay alguien o no, si tienes todo lo que deseas o no.
Porque entiendes que te tienes a ti y ya con eso lo tienes todo.
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